Sus manos se deslizaron por mi espalda trazando una estela de deseo y tentación, pero no puedes caer en ella, ya que las reglas del juego las marca él.
Escasos centímetros separaban sus labios de los míos, podía percibir su aliento sobre mis poros, provocando que mi piel se erizase. Sus manos se depositaban en un lugar perdido, donde la espalda llega su fin y deja a cargo de la imaginación lo que viene a continuación... Sentir la presión en mi cuerpo, sus roces, su olor, enmudecían mi vista y provocaba un fuerte ardor en el interior de mi vientre...
Sus labios, los míos, se fundieron en un largo y apasionado beso del que quedé presa, encadenándome para siempre a un recuerdo tan bonito que perduraría siempre. Él era el único capaz de controlarme, era totalmente suya. Sus tiernos labios presionaban los míos dejando entre medias el roce de nuestras lenguas. La suya acariciaba la mía, provocando la insensibilidad en mi cuerpo, una abrumadora nube de aturdimiento encharcaba mi pensamiento, sintiéndome frágil pero protegida. Entonces llegó el momento en el que nuestras bocas se separaron, dando paso a una mirada, en la que sin palabra alguna, me prometió estar juntos para siempre...
Me encanta!!
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